Pequeña historia del toreo a pié.


Las necesidades de defensa del territorio hicieron que Felipe II fundase en 1572 la Hermandad del Santo Espíritu, germen de la actual Real Maestranza de Caballería de Ronda, para que se mantuviese el necesario manejo de los caballos. Para ello, este cuerpo dedicó un espacio de la ciudad para los ejercicios ecuestres . Su primer emplazamiento fue una gran vía situada en el Barrio de San Francisco, extramuros, para posteriormente trasladar estos juegos a la plaza mayor de la ciudad situada actualmente en el casco antiguo; las posibilidades que ofrecía este nuevo emplazamiento no estaban en función de las necesidades de los caballeros Maestrantes de Ronda motivo por el que se inicia el arrecifado del Hoyo de la Barranquilla ( actual Calle San Carlos )con la intención de colocar , en la explanada inicial, un coso donde se pudiera ejecutar dichas artes como era tradicional en España desde la baja Edad Media (Estas zonas quedan detalladas en la sección "Callejero histórico"), se incluyeron los juegos de destreza con toros. La bravura de este animal al acometer a caballos y jinetes servía de inigualable entrenamiento a los caballeros, y se convertía en un emocionante espectáculo para toda la población.
Cuando en el siglo XVIII los toreros a pie toman el relevo de los caballeros en los juegos con el toro, surge en Ronda la familia de los Romero, que durante tres generaciones reúne a los toreros más singulares de la época. Entre ellos destacó sobre todos Pedro Romero (1754-1839), figura cumbre y la más representativa de la historia de la tauromaquia. Se retiró después de estoquear más de 5.600 toros, sin sufrir grandes percances. Su personalidad consiguió que su oficio alcanzara respeto y dignidad social, al reunir valor, destreza y sentido estético, así como dar norma y estilo al toreo a pié, elevándole a la categoría de "arte". El auge del toreo llevó a la Real Maestranza de Caballería de Ronda a erigir, como ya ha quedado expuesto, su famosa plaza, obra que se atribuye Martín de Aldehuela, el mismo arquitecto del grandioso Puente Nuevo sobre el Tajo de Ronda, que despierta la admiración general por la espectacularidad de su emplazamiento. La construcción de la plaza duró seis años, y fue inaugurada en 1785 con una corrida de toros en la que actuaron Pedro Romero y Pepe-Hillo. Concebida en piedra arenisca extraída de la cantera del "arroyo del toro"situada en las cercanías de Ronda, con un esquema monumental, la nobleza de su traza arquitectónica, con su doble galería de arcadas y la ausencia de tendidos al descubierto con la excepción del palco de la presidencia, tiene más espíritu de claustro que de recinto para espectáculos, y recuerda al patio circular del famoso palacio de Carlos V en la Alhambra de Granada.
Con el auge que el arte de "cuchares" va alcanzando entre la población, se plantea la necesidad de comunicar la celebración de los eventos taurinos en las distintas ciudades y será así como nazcan los carteles anunciadores de las corridas El primer cartel de toros del que se tiene noticia es para anunciar un festejo en Madrid los días 19 y 30 de septiembre de 1737 en la plaza del Soto de Luzón. Estos primeros carteles de imprenta, estéticamente muy rudimentarios, se limitaban a recoger con variada tipografía la fecha y lugar de las corridas, los participantes y los dueños de los toros.
En cuanto a la fotografía, prácticamente desde la segunda mitad del siglo XIX, se encuentra de manera casi constante en muchísimos eventos taurinos. Si insertáramos la nómina de los más reconocidos, nos faltaría espacio. Es por ello que nos ceñiremos a los pioneros rondeños.
Fueron estos, D. Rafael y D. Miguel martín, que como no podía ser de otra manera, tenían ubicado su estudio en la calle maestranza, los que durante muchos años plasmaron a través de los objetivos de sus cámaras la vida rondeña en sus mas diversas facetas, y entre ellas, la taurina. Posteriormente fue Miguel Martín, hijo de Rafael, quien heredó la vocación de fotógrafo de su padre e instalando su estudio en la Carrera de Espinel continuó retratando a los más famosos espadas.
Cuando el citado señor falleció su archivo fue adquirido por un conocido empresario rondeño Haciendo así que dicho legado no haya desaparecido.
En cuanto a las fotografías aquí expuestas, no hemos querido ampliar la información sobre los personajes y monumentos en ellas impresas, por no repetir los mismos datos que, de seguro, y con más acierto, se encuentran en otras páginas por Internet.

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