FRACASO EN EL MUNDO DE LA INGENIERÍA CIVIL: EL PANTANO DE MONTEJAQUE

La idea de construir un pantano en Montejaque surge en los primeros años del siglo XX. Los datos para llevar a cabo el proyecto se van acumulando y se comienzan a realizar estudios técnicos en la zona de Hundidero (En este lugar se halla una de las entradas a la Cueva del Gato Esta hoquedad de mas de 4 Km. de longitud será uno de los quebraderos de cabeza con los que los técnicos habrán de enfrentarse a la hora de poder solucionar el problema de las filtraciones). Los especialistas de la época aportan al proyecto sus opiniones divergentes, unos a favor de la obra y otros en contra, como el geólogo portugués, Sr. Fleury, que, en 1917, informó de forma negativa a la construcción de la citada presa.
Como hemos citado, a pesar de que el primer proyecto encargado por la Compañía Sevillana en 1917 , aconsejaba no realizar la presa (de hecho se suspendieron los estudios), pasados cinco años se reinicia en la Compañía Sevillana la idea de instalar una presa en la vaguada por la que transcurre el río Guadares. De hecho veía útil la construcción de un pantano, que embalsara las aguas y regulara el caudal de las centrales que tenía la compañía aguas abajo, estas centrales eran Buitreras y Corchado, centrales, que en la época de estiaje, quedaban sin parte del caudal para su normal operación, pues parte del estas aguas se derivaban de forma natural por un sistema subterráneo. La compañía por lo tanto pensó en la construcción de un embalse para regular este agua en época de estiaje. Paralelo a la construcción de la presa, la compañía pensaba además construir otra central hidroeléctrica, que enviara la electricidad a un centro principal de distribución que era Villamartín, y de allí se enviaría a la población.
De esa forma Bühler y el geólogo Gavala, visitan la zona en el año 1922, para proyectar la obra en el río Gaduares - Campobuche, afluente del Guadiaro, pues Gavala opina que se pueden retener las aguas a pesar de las condiciones del terreno. El geólogo Bühler está de acuerdo con Gavala.
Dice Gavala en su proyecto que la presa debe construirse a gran altura muy curvada, con piedras naturales y hormigón. Ante una crecida del río, construiría un muro para desviar el agua por una tubería de 18 metros hasta una balsa que desembocaría en el cauce del río. Se construirán dos ¡Mas de 0,70 mts. en el lado izquierdo del río a unos 12 mts. de la tubería. ?prevé almacenar 23 millones de metros cúbicos de agua. Toma como base otras presas construidas en Europa, aunque con algunas mejoras. Como el terreno presenta grietas y fisuras en las paredes rocosas, existe la posibilidad de sellarlas.
El lugar para la construcción elegido por Gavala es el mejor, tanto desde el punto de vista geológico como topográfico. En cuanto a la presa en forma de arco, de 60 metros de altura, tiene riesgos de fisuras, por lo que habría que colocar bloques rectangulares, entre otras mejoras. Visto el proyecto de Gavala se considera con la seguridad suficiente desde el punto de vista de ruptura; en todo caso, teniendo en cuenta las diferencias de temperaturas, se podría buscar mayor seguridad eliminando gran parte del peso muerto de la obra y aumentando la curvatura.
También se proyectó montar un motor a vapor para hacer girar los gemeradores
de corriente cuando durante los meses de estío faltase agua en la presa.
Debido a lo mal comunicado de la zona donde se iba a ubicar el pantano, se hubieron de construir carreteras desde la estación de la Indiana hasta llegar a pié de obra para poder transportar, desde la maquinaria y los materiales, hasta los víveres para los trabajadores. Esta carretera de 3,5 Km. de recorrido, tuvo un costo de más de 125.000 pesetas de aquella época, teniendo en cuenta que el salario diario de un trabajador era de 4 Ptas.
y el de un encargado de 9.
Fueron innumerables los estudios, prospecciones, e inconvenientes que surgieron, antes, durante y al final de este colosal proyecto. Siempre hubo más ilusión que sentido común en el planteamiento y la realización de esta obra. La realidad, científicamente hablando, es de una simpleza abrumadora, y no es otra que intentar mantener lleno de agua un recipiente, cuya base está compuesta de material poroso, lleno de grietas, y que para colmo de males, el subsuelo llega a través de innumerables galerías hasta un gigantesco desagüe (La cueva del Gato). Es curioso observar como en algunas ocasiones en que la pluviometría es considerable, se pueden llenar hasta dos terceras partes del pantano de agua. Pero esto es solo un espejismo ya que pasadas 24 horas de este suceso, la práctica totalidad del liquido elemento ha desaparecido.
Podemos imaginarnos la decepción de todos los ingenieros y trabajadores al comprobar, que una y otra vez, cuando creían haber encontrado la solución a las filtraciones, percibieran el fenómeno antes descrito.
Como era de esperar, en el periodo comprendido entre 1.936 y 1.939, las obras se paralizaron. Después, y ante la crisis que atenazaba, primero a España y después al resto de Europa, las obras se detuvieron y yá nunca más se reanudarían.

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