LAS OBRAS DEL ACUEDUCTO
En 1788, el vizconde indica al rey que el 25 de mayo se comenzó la construcción del acueducto, bajo las reglas propuestas y el plano que el rey había aprobado.
Desde 1788 se llevaban invertidos en las obras 167.390 rs. y 8 mvs., de los cuales 66.866 rs. y un maravedí correspondían al acueducto. El vizconde presentó un plano en el que se muestran las obras interiores y exteriores ejecutadas en el acueducto, y manifestó que, según sus cuentas, con la cantidad que se calculó para el puente también se costearía el acueducto.
La construcción sufrió varias interrupciones, hasta que a finales de mayo de 1789 se reanudaron las obras y continuaron sin interrupción hasta finales de
1792. Se construyeron en esta etapa nueve mil quatrocientas ochenta y siete varas lineales, con dos millones trescientos veinte mil trescientos noventa y seis pies cúbicos de solidez, ascendiendo su costo a 392.261 rs y 25 mrs. Las obras se suspendieron en el lugar llamado Molino de Don Félix. Moreti afirma que en sus tiempos existía allí delante una pila en la que se leía: CONNTANTIA ET LABORE REGNANTE CAROLUS IV. ANNO MDCCC61.
La construcción del acueducto de Aldehuela pasó por tres fases consecutivas. En la primera fase se formó entre dos sierras, donde se encontraba el manantial.., una bóveda de gran espesor para que las aguas que bajaban de las montañas no se uniesen a las del nacimiento, y otra inferior para su recibimiento, descanso y dirección por la tajea (Alcantarilla o conducción subterránea para las aguas).
La segunda corresponde a mayo de 1791. En ella se regularon los niveles, se examinó la solidez de los terrenos, se abrió
una zanja y se hizo acopio de materiales y reconocimientos en la ciudad para la dirección de las aguas, dándole curso para que sirviese en los mezcleros en distintos puntos, así se produjo un ahorro sin el cual la obra resultaría demasiado costosa al tener que conducirla o por cañería, que tendría que irse construyendo con lo cual se retrasaría mucho.
La tercera etapa empezó el 10 de enero de 1792 y consistió en hacer la toma del segundo manantial que el rey ordenó se
introdujera en la misma dirección del primero. Ambos corren por tajea, aprovechándose un trozo de la cañería antigua que se
utilizaba por aquel entonces con gran dificultad debido a su mal estado de conservación.
Sin embargo, por la demora en proporcionar medios para la realización de esta importante empresa, durante 1793 y 1794 sólo se repararon los daños sufridos en su dilatado tránsito, a través de tierras de labor, canteras y escarpado, y se trabajó en la unión de los dos manantiales de la Hidalga y Coca, También se ajustaron los niveles y se inspeccionó la seguridad en los ascensos y la regulación de la velocidad del agua, así como la distribución e instalación de las fuentes en la ciudad, que responderían a la comodidad y la conveniencia.
En 1793 estaba casi terminado el acueducto, pues se hallaban trabajando a 1.500 varas de la población y construidas 9.800 varas, una vez vencidas las principales dificultades y obstáculos, y bajo la dirección de Aldehuela, pero, al tener a su cargo numerosas obras en la ciudad de Málaga y su provincia, y por su avanzada edad y debilitada salud, no podía prestar la atención debida a las obras del acueducto, que cuanto más se acercaba a la ciudad, por la naturaleza del terreno, requería mayor atención para su estabilidad y firmeza, por lo que propuso a su hijo Antonio Martín, como su sustituto.
Este mismo año de 1793 se secaron las fuentes públicas y el fontanero de la ciudad, Antonio Jiménez efectuó un reconocimiento de los nacimientos de la Toma, Coca e Hidalga, e informó que estaban muy mermadas y la cañería en mal estado.
El 8 de julio de 1793 se pensó como remedio urgente que se introdujera provisionalmente el canal de la Hidalga por la cañería antigua por la que transitaba el de Coca, que era el manantial antiguo cuyo nacimiento se hallaba exhausto y tenía poca subsistencia, a pesar de lo cual la población se había surtido de él hasta ese momento .