LAS CABAÑUELAS

Antes de tener aplicaciones en el móvil, la página de Aemet y los meteorólogos de la tele, ya había predicciones meteorológicas aunque no fueran muy científicas. Son las cabañuelas del centro y el sur de España. En el norte hay un sistema similar, en estos lugares llamadas las Témporas.
Según parece, la palabra cabañuelas proviene de la festividad judaica de los Tabernáculos. En un documento de Toledo del año 1020, se menciona que los judíos colgaban cien cabañuelas en su barrio en memoria de los años que pasó el pueblo judío vagando por el desierto del Sinaí. Como en esta festividad judía se realizan ritos referentes a la predicción meteorológica, el término adoptó ese significado en castellano.
eran el método más popular y aún perviven hoy en día. El procedimiento consiste en realizar observaciones entre el 1 y el 12 de agosto, de manera que cada día representa los siguientes 12 meses del año. Así, el día 1 sirve para pronosticar el tiempo de agosto; el día 2, el de septiembre; el 3, el de octubre; y así sucesivamente.
Otras versiones indican que el 1 de agosto representa enero siguiente y realizan la previsión del próximo año.
Del 13 al 24 de agosto son las cabañuelas de retorno, en las que se vuelve a hacer lo mismo para precisar un poco más la previsión. Para algunos, los primeros días indican el tiempo que hará la primera quincena de cada mes y los últimos, la segunda. También se utiliza el mes de enero con el mismo fin, sobre todo en países latinoamericanos que heredaron esta tradición española.
¿Y qué tipo de observación realizan los expertos en cabañuelas? No se trata de que tenga que llover el 9 de agosto para predecir que el mes de abril de 2019 será lluvioso, sino de un conjunto de señales mucho más sofisticado. Por ejemplo, se tienen en cuenta la forma de las nubes, la dirección del viento o si hay rocío por las mañanas, así como características del Sol, la Luna y las estrellas. Así mismo, se observa el trasiego de las hormigas durante los meses del estío, Si este es muy activo, se prevee un invierno muy lluvioso.
No olvidemos, que las cabañuelas no se vasan en ub método científico para pronosticar los cambios meteorológicos, por lo que en variadas ocasiones sus predicciones no coinciden con la realidad. Pero, no es menos cierto, que las agencias encargadas del pronostico del tiempo, rodeadas de multitud de sofisticados equipos de alta tecnología, alguna que otra vez, nos dan pronósticos que después no coinciden nada con la realidad.

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