Cuadro de María Auxiliadora de Turín

ORIGEN DE LA FESTIVIDAD DE MARÍA AUXILIADORA.


En 1.804 el Papa Pío VII viajó a París para oficiar la coronación como emperador de napoleón I. El pontífice se limitó a ungirle, pues fue el propio Napoleón quien se coronó a sí mismo.
Las aspiraciones del nuevo emperador era muy ambiciosas como para supeditarlas a tener unas buenas relaciones con la cabeza visible de la iglesia católica.
Pronto llegaron las desavenencias; primero fue la negativa del Papa de sumarse al bloqueo ante Inglaterra, y la segunda, la resistencia de este a negarse a que Napoleón controlara la Iglesia francesa.
La violenta respuesta del emperador no se hizo esperar, en 1.809 se adueñó de los estados pontificios incorporándolos al imperio francés, y posteriormente secuestró a Pío VII. Primero fue encarcelado en Sabona y después es deportado a Francia y llevado a Fontainebleau.
Mientras Bonaparte seguía agrandando su imperio, Pío VII rogaba a la Virgen María por su liberación., en sus oraciones prometía que si volvía a Roma con vida le dedicaría un día del santoral a tan dichoso acontecimiento.
Y así fue como derrotadas las tropas napoleónicas, el día 24 de mayo de 1.814 volvía sano y salvo S.S. Pío VII a la sede pontificia. Se proclamó ese día como el de "María Auxiliadora" en agradecimiento a la madre de Dios.
Pero sería San Juan Bosco quien propagaría a los cuatro vientos la devoción a maría Auxiliadora.
A lo largo de su existencia a Don Bosco se le aparecería la Virgen en varias ocasiones y con diferentes mensajes, en una de estas apariciones la Virgen le encomendó la construcción de un templo en su honor y bajo la advocación de "Auxiliadora". Fue así como el 9 de Junio de 1.868 se consagró en Turín (Italia) la basílica de María Auxiliadora.
Don Bosco contaba al inicio de su construcción con tan solo 20 céntimos, pero debido a los favores que la Virgen fue concediendo a sus devotos la obra se irguió en tan solo cuatro años, pues las limosnas fueron muchísimas,. Don Bosco decía: " cada ladrillo de esta basílica es un milagro de la santísima Virgen".
Los salesianos se dedicaron a propagar por todo el mundo la devoción a Mª Auxiliadora y a celebrar, como lo hiciera Pío VII, su onomástica el 24 de mayo.

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