D. Antonio Gamboa López

UN D. BOSCO RONDEÑO

D. antonio Gamboa en su despacho del Centro Obrero

La biografía de este peculiar sacerdote comienza en Coín cuando nace en el seno de una familia de tradición cristiana.
D. Antonio Gamboa López siendo un niño se traslada desde su Coín natal a Málaga. Allí se encuentra con sus familiares mas cercanos. Trabaja, estudia música y vive la amistad y sus experiencias cristianas en la Congregación de los Luises, en la Iglesia del Sagrado Corazón.
Llega la guerra y lo destinan a Extremadura. Avisado el oficial que iba al mando de su unidad del carácter y la manera de pensar de Antonio, (el oficial era rondeño) D. Antonio Parra Pons, lo acogió directamente y lo puso bajo sus órdenes. Su labor durante toda la contienda fue la de transportar documentos y comunicados de un jefe a otro. De esa forma Parra lo alejó de las primeras filas del combate. Aún así, como a la mayoría de españoles, la guerra le dejaría en su memoria una huella imborrable.
Cuando regresa a su casa se despierta en él la vocación sacerdotal. Es así como ingresa en el Seminario creemos que en el año 1.940.
Siempre fue un admirador de S. Manuel González. Se cuenta que en el transcurso de los años que estuvo en el seminario se tomó muy en serio sus estudios y que llenó de anécdotas la vida de este.
Posteriormente a su Diaconado es ordenado sacerdote el año 1949. Su primer destino es Ubrique. Allí, D. Antonio comenzaría su larga y fructífera labor pastoral y social con los jóvenes. En este, su primer destino, solo estaría unos meses pues en el año 1950 viene a Ronda.
Vicario Parroquial con Dn. Rafael Jiménez Cárdenas. En la sacristía de Santa Cecilia empezará a madurar una inquietud que lleva tiempo rondando en su cabeza: "Encontrar un lugar para que los jóvenes trabajadores pasen sus ratos de ocio en un ambiente cristiano". Esa sacristía será el primer centro obrero. ¿Que tiene, Antonio Gamboa, para atraer a los jóvenes ?.
Y que contar de su paso en aquellos años por la Residencia Sacerdotal. El grupo de curas jóvenes y D. José Parra y él. Que buena pareja. Cuántas veces, ante alguna exageración llena de gracia de Pedro Rey, de Salvador Benítez o Santiago Correa con sorna le decía a D. José: “Que te cuente lo que ha dicho para que tu le des la censura, si procede...”
El grupo de jóvenes va a más y necesita otro lugar. El Marqués de Parada que le ha conocido se brinda para ayudarle junto a otras personas y entidades. No se pueden relatar porque es un rosario tan numeroso que se resume en “todo Ronda”.
Y el Centro Obrero Católico por fin se hizo realidad. Será en la Calle Molino número 10 (ver en el Callejero) en una preciosa casa que no olvidamos los que pasamos por allí.
Según nos relataron Cómo gozó Antonio Gamboa el día de la inauguración. Capilla diseñada por él, salón de actos que hará de cine durante unos años.
La llegada de los "socios protectores" (Antiguos socios que, ya casados, o por el simple hecho de pasar allí su juventud, abonan todos los meses una módica cantidad para el mantenimiento del Centro), los Scouts, el Club Deportivo Centro Obrero, el Grupo ciclista, y un colegio que con tres clases (Entre sus maestros, D. Salvador y D. Ramón Deldado) se mantendría abierto hasta finales de los años 70. Los jóvenes en ub principio se encontraban formando grupos. Así se hallaban: Los trovadores de María, el grupo Sidharta, La banda de Cristo... El lugar de encuentro de todos fue siempre la Eucaristía.
Posteriormente, el obispo de la Diócesis, D. Ramón Butxarrais enviará a Ronda a los salesianos, encabezados por D. Eusebio Muñoz y D. Antonio César Fernández, para que dieran un nuevo enfoque a la dinámica de este centro y se hicieran responsables de este (Finales de los años 70). De esa manera. Antonio quedará relegado a un segundo plano , aunque desde su gran corazón y su humildad, seguiría
apareciendo por su Centro Obrero cada vez que podía.
D. Antonio, además de llevar la responsabilidad del Centro Obrero, es nombrado párroco de Santa María la Mayor el año 1.952, cargo en el que estará hasta 1.989, en total 37 años. Aún recuerdo sus "Con vivencias
Apostólicas"en Santa María: "vivencias. Hermanos Mayores y Hermanos Menores. Y el ágape a medianoche. Unos rezan ante el Santísimo. Los demás en grupos estudian la Biblia. Jóvenes y Adultos. Fue bencina experiencia de oración y de formación".
la vida de este sacerdote bajito y flacucho , se va consumiendo en el camino que día adía recorre desde su parroquia de Santa María hasta el Centro Obrero, que es la casa de los jóvenes. Lo mismo que hiciera años atrás, D. Bosco, D. Antonio vive y se desvela por que al igual que los hijos de los mas afortunados tenían donde pasar sus ratos de ocio, también lo tuvieran los mas humildes. Siempre tenía una anécdota o un consejo que darnos. Y que contar de su labor pastoral.
La pregunta que siempre hacía a sus jóvenes pupilos era si tenían trabajo. Hombre de gran corazón,sencillez y humildad. No tenía nada suyo. Su pobreza lo llevó hasta tal extremo, que el Sr. obispo le llamó la atención por el estado en el que se encontraba su sotana.
Mas de una vez lo que aceptaba como regalo, aunque fueran un par de zapatos de su número o una tarta por su cumpleaños, iban a parar al asilo de ancianos...
De sus primeros años en el Centro nos contaba un antiguo socio: "que primero subido en aquella magnífica escalera, nos hablaba de Dios y de María, después nos daba a cada uno un bocadillo y un vaso de leche".
"Alguna vez se desplaza a Málaga, para ver a los suyos, pero no siente la necesidad. Se ha hecho rondeño. Y ha querido tanto a esta ciudad y ha hecho tanto bien por ella que el Ayuntamiento le nombró hijo adoptivo de la ciudad. Fue el mejor regalo, el que nunca olvidó, por el que se sentía orgulloso".
De entre sus escritos Recuerdo un libro al que algunos le ayudamos a mecanografiar allá en su despachito de Santa María. El título creo que lo dice todo: "Las olimpiadas de la juventud".
Gamboa especial, pero auténtico, bueno para todos y trabajador constante en el lugar asignado. Así muchos años. Después, la pobreza de la enfermedad, el deterioro y la necesidad de ser mejor cuidado. El año 1989 deja la Parroquia y unos años después, con el mejor deseo de acertar, D, Antonio tiene que marcharse de la ciudad a la que entregó su vida y sus sueños, con la pena de ver su Centro convertido en pisos, y la alegría de saber que aún queda un rinconcito en este edificio que lleva su nombre.
y es gracias a unos rondeños generosos, que le construyeron una vivienda adosada al asilo de Arriate, pues nunca tubo casa propia. D. Antonio llega a la vecina ciudad. Allí le reciben las Madres de Desamparados y San José de la Montaña en la Casa de Ancianos. Este fue El hogar que le ha despedido hasta que nos encontremos en el cielo.
D. Antonio Gamboa, Ronda y todos los jóvenes que pasamos por el Centro no te olvidarán en muchos años. Por lo menos hasta que las generaciones que te han conocido pasen a la otra orilla.

El 3 de Julio de 1.999 se celebraron las bodas de oro sacerdotales de D. Antonio.

fotos de la invitación

D. Antonio falleció en Arriate el día 20 de Octubre del año 2004.

 

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